Me contagié porque tengo que trabajar

Tras 14 días de confinamiento por Covid-19, el Presidente Andrés Manuel López Obrador regresó este lunes a su conferencia mañanera en Palacio Nacional, en la que, aseguró, se contagió del virus porque tiene que trabajar como millones de mexicanos, aunque afortunadamente salió adelante.

“¿Por qué me enfermé? Primero porque no me vacuné, no abusé, pude haberme vacunado, hay jefes de Estado, Presidentes que se han vacunado, han sido de los primeros, nada más que eso no lo dice la prensa conservadora, la prensa fifi, al contrario, hasta aplauden.

“De eso no habla la prensa conservadora y dos, ¿por qué me contagié? Porque tengo que trabajar como millones de mexicanos, ni modo que me quedara todo el tiempo encerrado, no se puede vivir encerrado, me cuidé, guardé mi sana distancia, pero me tocó. Afortunadamente pude salir adelante”, dijo en su regreso.

El político tabasqueño volvió a su tribuna del Salón Tesorería, luego de 10 conferencias de prensa encabezadas por la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

“Primero, agradecerle a todos los mexicanos, mujeres y hombres que se preocuparon por mi enfermedad, por mi contagio de Covid, afortunadamente salí adelante, aquí estamos para continuar luchando. Agradecer también a muchos amigos del extranjero y a todo el pueblo de México, mujeres, hombres, que expresaron su deseo de que me recuperara y de que saliera adelante.

“Vamos a continuar con la transformación, con el proceso que se inició de transformación que es fundamental para México, y que podamos acabar con la corrupción para que de esta manera podamos vivir con bienestar y con felicidad”, señaló.

El Mandatario federal afirmó que, tras presentar síntomas de la enfermedad, el grupo de médicos que lo atendió, coordinado por el doctor Jorge Alcocer, Secretario de Salud, decidió que participara en un proceso de investigación del Instituto Nacional de Nutrición para probar “ciertos tratamientos”. 

“El sábado por la noche tuve un poco de malestar, el domingo también. Hablé con el doctor Alcocer, él me atendió junto con un grupo de médicos a los que les agradezco mucho, pero él fue el coordinador del equipo.

“Y se decidió que participara yo en un proceso de investigación que está llevando a cabo desde hace tiempo el Instituto de Nutrición, entonces acepté formar parte de las personas que están sujetas a investigación, probando ciertos tratamientos. Me empezaron a aplicar un medicamento antiviral desde el lunes, desinflamatorio y afortunadamente dio buenos resultados”, aseguró.

López Obrador se presentó en la mañanera, de nuevo, sin cubrebocas, como lo hizo durante los casi 12 meses de pandemia que están por cumplirse en México, y fiel a su costumbre no se sentó durante la exposición de Ricardo Sheffield, titular de Profeco.

Durante su confinamiento, el Presidente apareció en tres fotografías, dos videos y una caminata por el jardín botánico de Palacio.

En las primeras imágenes, a un día de confirmar su contagio, posó sentado en su escritorio, con el rostro hinchado y una sonrisa casi forzada.

Lo hizo para informar sobre la llamada que sostuvo con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, para hablar sobre el envío de la vacuna Sputnik V a México.

En el caso de los dos videos, el primero lo usó para acallar rumores sobre la supuesta gravedad de su estado de salud. El segundo, para informar que había dado negativo en una prueba de antígenos y realizar una “prueba de esfuerzo” ante las cámaras mientras bajaba las escaleras de Palacio Nacional.

Las publicaciones generaron polémica por el vendaje en su mano derecha, que hacía intuir que le fueron administrados medicamentos por vía intravenosa. Pero también por el posible uso de un monitor de signos cardiacos que se pudo apreciar, instalado en su cintura, por debajo del saco.

Durante el confinamiento del Presidente, el Gobierno federal ofreció datos mínimos sobre la evolución de su estado de salud. El discurso se centró, de principio a fin, en asegurar que se encontraba bien, optimista, de buen humor y trabajando.

Se dejó en claro que nunca dejó de ejercer las funciones de jefe del Ejecutivo federal.

Febrícula y reportes de leves dolores de cabeza, confesados por el tabasqueño tras la insistencia de los médicos, fueron los únicos síntomas reportados. De hecho, durante una conferencia de prensa, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, declaró asintomático al político hipertenso, de 67 años, que sufrió un infarto al miocardio en 2013.

Según Gatell, Sánchez Cordero y el Canciller Marcelo Ebrard, López Obrador trabajó a la distancia, pero con intensidad. Sostuvo reuniones y llamadas telefónicas con su equipo, sobre todo, para definir los temas que serían difundidos en la mañanera y apurar las negociaciones que permitirán el abasto de vacunas para prevenir Covid.

Mientras enfrentaba los estragos del contagio, el Presidente estrenó su facultad de iniciativa preferente con el Congreso de la Unión.

Envió una iniciativa de reforma en materia de energía eléctrica que ha sido descalificada ante el riesgo de que pueda elevar el precio del servicio y atentar contra la competencia en el mercado, otorgando el monopolio a la CFE.

En ese periodo, también se publicó, en la revista The Lancet, el estudio de Fase 3 de la vacuna rusa Sputnik, de la que podrían llegar a México 2.4 millones de dosis.

Luego de tan solo dos semanas, López Obrador regresó a sus actividades públicas en Palacio y ya prepara su primera gira de trabajo, que podría realizarse el domingo 14 de febrero, en Cuilápam, Oaxaca, donde pretende encabezar un acto cívico en honor a Vicente Guerrero.