WASHINGTON (apro).-Kim Cheatle, renunció como directora del Servicio Secreto, como consecuencia de las fallas de la dependencia federal a su cargo en el atentado contra la vida del expresidente, Donald Trump, ocurrido el pasado 13 de julio en el estado de Pensilvania.
“Jill y yo estamos agradecidos con la directora Kim Cheatle, por sus décadas de servicio público”, indicó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por medio de una declaración por escrito respecto a la dimisión de la ahora exdirectora del Servicio Secreto.
Kimberly Cheatle, jefa del Servicio Secreto desde agosto de 2022, enfrentaba crecientes pedidos de dimisión y varias investigaciones sobre cómo el agresor pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano en un mitin de campaña al aire libre en Pensilvania.
“Asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad”, dijo en el correo electrónico al personal el martes. “A la luz de los acontecimientos recientes, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora”.
Trump, nuevamente candidato presidencial republicano, fue objeto de un atentado en el que un joven que presuntamente actuó de manera solitaria le disparó a la cabeza con un rifle semiautomático con el que le causo al expresidente una ligera herida en la oreja derecha.
Tras los disparos un agente del Servicio Secreto eliminó al joven que disparó contra Trump, e inmediatamente después en diferentes redes sociales circularon videos y declaraciones de la gente que estuvo presente en el evento denunciado que los agentes federales fueron advertidos de la presencia del atacante sobre un techo.
“Continúa investigación independiente sobre lo ocurrido el 13 de julio y estoy listo para valorar los resultados, todos sabemos lo que ocurrió ese día y no debe volver a pasar”, agregó Biden quien esta noche dará un mensaje a su nación sobre decisión de declinar de sus aspiraciones para buscar la reelección en los comicios del 5 de noviembre.
Biden se regresa este martes a la Casa Blanca, luego de pasar unos días recluido en su casa de descanso en Delaware tras haber dado positivo a la prueba de Covid-19.
El pasado domingo el mandatario por medio de su cuenta personal en la plataforma de X, informó a sus conciudadanos que renunciaba a la candidatura presidencial del partido demócrata y que cumpliría el resto de su mandato que concluye el 20 de enero de 2025.
El mandatario también por la misma plataforma de redes sociales, anunció que como su reemplazo endosaba a la vicepresidenta Kamala Harris, de quien dijo, con el apoyo de todo el partido y la ciudadanía podrá derrotar a Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Inmediatamente después de que el presidente diera su espaldarazo a Harris, lo principales líderes del partido y del Congreso federal también le dieron su apoyo para que sea su candidata y se enfrente a Trump en los comicios y en el debate presidencial del 10 de septiembre.
Tras ser apuntada como la principal contendiente para ganar la nominación presidencial de los demócratas, Harris en menos de 48 horas ha recolectado más de 100 millones de dólares para financiar su campaña y para contrarrestar a la de Trump.
De los poco más de 3900 delegados demócratas distribuidos en las 50 entidades federativas de Estados Unidos, Harris requiere 1976 delegados para ganar la nominación, la que oficialmente se otorgará en la Convención Nacional del partido que se llevará a cabo del 19 al 22 de agosto en Chicago, Illinois.
Líderes del partido demócrata adelantaron que Harris ya tiene garantizados los delegados requeridos para ganar la nominación, por ello, antes de este 7 de agosto se realizará una votación virtual entre los delegados para que la vicepresidente llegué a Chicago como candidata.
En paralelo, Harris pondera nombres de candidatas y candidato de entre sus correligionarios de partido para elegir a la persona que será su compañera de fórmula para competir por la vicepresidencia.
De entre los muchos nombres se ventila que los dos finalistas en la lista de Harris son, Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania y Gavin Newsome, gobernador del estado de California.