“Mayo” Zambada señala que se reuniría con Gobernador de Sinaloa

El abogado de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, difundió un comunicado de prensa en el cual se lee la primera declaración del cofundador del Cártel de Sinaloa en el cual confirma que sí fue emboscado para ser detenido por Estados Unidos tras la entrega voluntaria de Joaquín Guzmán López, alias ‘El Güero Moreno’ y quien es hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. El capo adelanta, que era de su conocimiento que se reuniría con Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa y con otros integrantes de gobierno cuando fue llevado a suelo estadounidense, lo que califica como un secuestro.

La misiva que consta de dos cuartillas, incluye una cronología de cómo sucedieron los hechos, todo Contado a través de ‘El Mayo’ Zambada y quien remarca que, desde que fue llevado al país gobernado por Joe Biden el pasado jueves 25 de julio, ha habido“informes inexactos”, por lo cual él se ve orillado a declarar lo que verdaderamente sucedió en el marco de su detención.

Zambada de 76 años de edad, remarca que fue convocado por el hijo de ‘El Chapo’ Guzmán para con ello, poder acudir a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha y donde además estaría presente Héctor Melesio Cuén Ojeda, exdiputado federal, exalcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) quien fue asesinado la misma noche de la detención del cofundador del Cartel del Pacífico.

El objetivo de la reunión asegura, era para conocer quién se quedaría a cargo de dicha institución y por lo que se le había mencionado que Iván Guzmán Salazar, alias ‘El Chapito’ también estaría presente.

Así es la cronología de ‘El Mayo’ Zambada

La primera declaración de ‘El Mayo’ Zambada, la cual fue dada a conocer en inglés, cuenta que la mañana del jueves 25 de julio acudió a un rancho denominado Huertos del Pedregal, ubicado en el estado de Sinaloa donde sería conducido a la reunión, misma que dijo, había sido programada a las 11:00 horas.

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“Llegué un poco temprano. Vi un gran número de hombres armados con uniformes verdes que supuse eran sicarios de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Estaba acompañado por cuatro elementos de seguridad, dos de los cuales se quedaron fuera del perímetro. Los dos que ingresaron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la policía judicial del estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, un miembro antiguo de mi equipo de seguridad”.

Este es el lugar donde sucedió la detención de 'El Mayo' Zambada | (Google Maps)Este es el lugar donde sucedió la detención de ‘El Mayo’ Zambada | (Google Maps)

El relato del capo mexicano continúa con que, mientras avanzaba hasta un punto donde se llevaría a cabo la reunión, ubicó a Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien estaba acompañado de uno de sus asistentes, acto seguido, ingreso a una habitación donde se encontraba ‘El Güero Moreno’ -”a quien conozco desde que era un niño”, remarca- y quien, al ver que ‘El Mayo’ había llegado, le indicó con la mano que podía ingresar.

“Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, lo seguí sin dudarlo. Me llevó a otra habitación que estaba a oscuras”.

Detención fue inmediata

El relato continúa con que una vez que ingresó a la habitación antes citada, fue emboscado por un grupo de hombres que le colocaron un pasamontañas en la cara para después maniatarlo.

“Luego me forzaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante todo este calvario, fui sometido a abusos físicos que resultaron en lesiones significativas en mi espalda, rodilla y muñecas. Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”.

STATEMENT OF ISMAEL ZAMBADA GARCIA
Since I was brought by plane to the United States from Mexico on July 25,
2024, there have been many inaccurate reports in the media of both countries. In
this statement I will provide the true facts of what happened that day. I wish to say
at the outset that I did not turn myself in, and I did not come voluntarily to the
United States. Nor did I have any agreement with either government. To the
contrary, I was kidnapped and brought to the U.S forcibly and against my will
The details of how this happened follow.
I was asked by Joaquín Guzmán Lopez to attend a meeting to help resolve
differences among the political leaders in our state. I was aware of an ongoing
dispute between Rubén Rocha Moya, the Governor of Sinaloa, and Héctor Melesio
Cuen Ojeda, the former Federal congressman, Mayor of Culiacan, and Rector of
the Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), over who should lead that
institution. I was told that in addition to Hector Cuen and Governor Rocha Moya,
Iván Guzmán Salazar would also be present at the meeting.
On July 25th, I went to the ranch and event center called Huertos del
Pedregal just outside of Culiacan where the meeting was to occur. The meeting
was scheduled for 11:00 a.m. and I arrived a little carly. I saw a large number of
armed men wearing green military uniforms who I assumed were gunmen for
Joaquín Guzmán and his brothers. I was accompanied by four security personnel,
of whom two stayed outside the perimeter. The two who entered with me were
José Rosario Heras López, a Commander in the State Judicial Police of Sinaloa,
and Rodolfo Chaidez, a long-time member of my security team.
While walking toward the meeting area, I saw Héctor Cuen and one of his
aides. I greeted them briefly before proceeding inside to a room that had a table
filled with fruit. I saw Joaquín Guzmán Lopez, whom I have known since he was
a young boy, and he gestured for me to follow him. Trusting the nature of the
meeting and the people involved, I followed without hesitation. I was led into
another room which was dark.
As soon as I set foot inside of that room, I was ambushed. A group of men
assaulted me, knocked me to the ground, and placed a dark-colored hood over my
head. They tied me up and handcuffed me, then forced me into the bed of a pickup
truck. During this entire ordeal, I was subjected to physical abuse, resulting in
significant injuries to my back, knee and wrists. I was then driven to a landing
strip about 20 or 25 minutes away, where I was forced onto a private plane.

Mientras ‘El Mayo’ Zambada continúa su relato respecto a cómo sucedieron los hechos, aclara que en el avión que lo llevó a Texas y donde se tomaron las fotografías difundidas por el Gobierno de México, no viajaba nadie más. Más adelante, remarca que al momento, es de su conocimiento todo lo que se ha dicho al respecto, incluyendo el asesinato de Héctor Cuén quien remarca, fue ultimado en el mismo sitio donde sucedió la detención y no fue con el fin de robarle su camioneta, como previamente se mencionó.

“Creo que es importante que la verdad salga a la luz”, concluye la misiva.

Al momento, ni el Gobierno de Estados Unidos ni el de México, es decir, federal o estatal refiriéndonos a Rubén Rocha, se han pronunciado al respecto.

Joaquin removed the hood from my head and bound me with zip ties to the seat.
No one else was aboard the plane except Joaquin, the pilot, and myself.
The flight lasted about 2 ½ to 3 hours, without any stops until we arrived in
El Paso, Texas. It was there on the tarmac that U.S. federal agents took custody of
me. The notion that I surrendered or cooperated voluntarily is completely and
unequivocally false. I was brought to this country forcibly and under duress,
without my consent and against my will.
I am aware that the official version being told by Sinaloa state authorities is
that Héctor Cuen was shot in the evening of July 25th at a gas station by two men
on a motorcycle who wanted to rob his pick-up truck. That is not what happened.
He was killed at the same time, and in the same place, where I was kidnapped.
Héctor Cuen was a longtime friend of mine, and I deeply regret his death as well as
the disappearance of José Rosario Heras López and Rodolfo Chaidez who no one
has seen or heard from since.
I believe it is important for the truth to come out. This is what occurred,
rather than the false stories that are circulating. I call on the governments of
Mexico and the United States to be transparent and provide the truth about my
abduction to the United States and about the deaths of Héctor Cuen, Rosario Heras,
Rodolfo Chaidez, and anyone else who may have lost their life that day.
I also call on the people of Sinaloa to use restraint and maintain peace in our
state. Nothing can be solved by violence. We have been down that road before,
and everyone loses.

Ismael Mayo Zambada