La administración de Joe Biden llegó este lunes a un acuerdo con la Unión Americana por los Derechos Civiles (ACLU, en inglés) que prohíbe medidas como la separación de familias en la frontera durante ocho años.
Estados Unidos también ofrecerá un estatus legal temporal y otros beneficios a las familias migrantes separadas en la frontera con México durante la gestión del expresidente Donald Trump.
El acuerdo entre Washington y la ACLU, que representa a familias separadas de sus hijos, aún debe ser aprobado por el juez. Pero si se finaliza, hará mucho más difícil para cualquier gobierno —incluido al expresidente Trump, el favorito para la nominación presidencial republicana— revivir una de sus tácticas más polémicas para detener la migración en la frontera sur si gana las elecciones del próximo año.
El pacto limita las circunstancias en las que los padres o guardianes legales pueden ser separados de los niños y niñas, y en caso de que esa separación tenga lugar por razones de seguridad o médicas, entre otras, establece el procedimiento para seguir el paradero de los miembros de esa familia y garantizar que esa información se comparte.
En sus redes sociales, la ACLU informó sobre este acuerdo sobre la política de separación de familias de la administración de Donald Trump.
“Este acuerdo por sí solo no puede reparar el daño causado a estos niños y niñas, pero es un comienzo esencial”, añadió.
Según esta organización de derechos humanos, el gobierno de Biden habría acordado no volver a implementar esta política de tolerancia cero.
“Después de años de luchar por estas familias, esto ayuda a cerrar uno de los capítulos más oscuros de la administración Trump”, señala la publicación.
Entre 2017 y 2018, familias de al menos 22 países fueron separadas de sus hijos por las autoridades de migración en la frontera sur de Estados Unidos, y si bien la mayoría provenían de América Central, otros migrantes procedían de sitios tan distantes como Hungría, Congo y Kirguistán.