EFE.- Thomas Homan, a quien Donald Trump pretende convertir en su nuevo “zar de la frontera” para aplicar la política de deportación de migrantes, es un viejo conocido de la anterior administración del republicano, en la que ocupó un cargo interino en este mismo terreno.
Homan estuvo implicado en su anterior mandato en una controvertida iniciativa que suponía la separación de familias de indocumentados y que fue diseñada por uno de los principales asesores del primer gobierno de Trump, Stephen Miller.
En virtud de esa iniciativa, los niños que cruzaban la frontera sur hacia Estados Unidos sin permiso legal eran separados de sus padres u otros adultos para que esas personas pudieran ser procesadas penalmente.
Esa política comenzó en 2017, en el primer mandado de Trump, y se intensificó a principios de 2018, antes de que la administración la abandonara después de que un gran número de estadounidenses la denunciaran como inhumana.
“Me complace anunciar que el exdirector del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y fiel defensor del control fronterizo, Tom Homan, se unirá a la administración Trump para encargarse de las fronteras de nuestra nación”, anunció anoche en un mensaje en su red social Truth el propio presidente electo.
De 62 años, Homan es un exoficial de policía y funcionario gubernamental que, como recordó Trump, fue, durante su primera administración, director interino del ICE, un cargo que nunca pudo ocupar oficialmente porque no fue ratificado por el Senado estadounidense.
Homan se ha definido como un fiel seguidor de las políticas de Trump en el terreno de la migración ilegal y apoya el anuncio que el presidente electo realizó durante la campaña electoral de que, si ganaba la elección, ordenaría la mayor deportación de indocumentados de la historia de Estados Unidos.
Deportaciones focalizadas
Actualmente, se estima que hay 11 millones de indocumentados que residen en el país (el 3% de la población) y cerca del 80% lleva en Estados Unidos más de una década.
“Oigo a mucha gente decir que hablar de una deportación masiva es racista. Es una amenaza para la comunidad migrante. Y no lo es. Debería ser una amenaza para la comunidad migrante ilegal. Y justo después de una crisis histórica de migración ilegal, eso es algo que hay que hacer”, dijo Homan en una entrevista con la cadena CBS antes de ser nombrado al cargo.
Además, se le preguntó:¿Cómo sería para él la mayor deportación en la historia de Estados Unidos?, dijo “Bueno, déjeme decirle lo que no va a ser. No va a ser una limpieza masiva de barrios. No va a ser la construcción de campos de concentración. Lo he leído todo. Es ridículo”.
Enfatizó que lo que haría es una política de “arrestos selectivos. Sabremos a quién vamos a arrestar, dónde es más probable encontrarlos en función de numerosos procesos de investigación”, precisó.
También dijo que si llegara a ser responsable de la política de migración priorizará la seguridad nacional y las amenazas a la seguridad pública.
“No está bien entrar en un país ilegalmente, lo cual es un delito. Eso es lo que impulsa la migración ilegal, cuando no hay consecuencias. La administración Biden-Harris lo ha demostrado: puedes llegar a la frontera, entregarte y ser liberado en 24 horas”, criticó.
También negó ser el “padre de la política de separación de familias de Trump”.
“No es verdad. Yo no escribí el memorando para separar a las familias. Yo firmé el memorando. ¿Por qué lo firmé? Tenía la esperanza de salvar vidas. Mientras usted y yo estamos hablando ahora mismo, un niño va a morir en la frontera. Así que pensamos que, tal vez si enjuiciamos a la gente, dejarán de venir”.
Y aunque dijo entonces que si Trump ganaba un segundo mandato, esa política es algo que hay que considerar, reconoció que una política de deportaciones masivas no disuadiría a los migrantes a cruzar ilegalmente la frontera, ya que “la gente seguirá intentando venir en busca de una vida mejor”.