Crédito: Tras Bambalinas, por César Solís
Ayer corrió la versión entre algunos opinadores de que Zoé Robledo renunciaría a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social porque “no levanta” en las encuestas, por lo que vendría a encabezar esfuerzos para recuperar terreno en la opinión de los chiapanecos.
Resulta curiosa estas apreciaciones pues hasta el momento se mantiene en el escenario nacional una alta aprobación del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y una intención de voto a favor de Morena en la elección de gobernador del 2024. Por lo anterior, en Chiapas se abre el escenario propicio para refrendar el triunfo obtenido en los comicios del 2018.
La duda no es si ganará Morena en la entidad, lo cual se da por descontado, sino quién será el candidato idóneo para encabezar el proyecto que materialice en las urnas –en toda su dimensión— lo que hoy está en el plano de las tendencias y la percepción político-electoral.
De acuerdo con el análisis de la información emanada de algunas encuestas electorales publicadas en los ultimos meses del año pasado, el político chiapaneco con mayor potencial para asumir la candidatura de Morena es Zoé Robledo Aburto, actual director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.
De los precandidatos de todos los partidos, Robledo es el aspirante más conocido, el que mejor evaluado está entre el electorado y el que más votos recibiría.
La identificación entre Zoé y Morena es sólida, tiene la mejor opinión al interior de ese instituto político, más del 40 por ciento lo considera un buen candidato y es quien por el que más votarían los militantes.
Si se contrastan los datos demoscópicos obtenidos en torno a los dos personajes considerados como los contendientes más fuertes dentro de Morena, Robledo Aburto supera al senador Eduardo Ramírez Aguilar.
Dentro y fuera de Morena Zoé es valorado como un mejor candidato que ERA. La mayoría de los morenistas relacionan a Ramírez Aguilar más con el Verde que con el Movimiento de Regeneración Nacional. Entre el electorado general, las preferencias por Zoé son del doble o más que las que obtendría ERA.
Además, Ramírez Aguilar presenta más saldos negativos cuando se hace la valoración sobre atributos como honestidad, respeto a los derechos de las mujeres, cercanía con la gente, conocimiento del estado o capacidad para cumplir promesas.
Asimismo, frente a cualquier contrincante opositor e incluso teniendo como rival a Ramírez Aguilar en el probable escenario de que éste compita por otro partido, Zoé obtendría el mayor porcentaje de los votos a gobernador. Incluso si se unieran todos los partidos contemplados en una de las encuestas, ganaría la elección por alrededor de 10 puntos.
Los estudios también arrojan información sobre el panorama político-electoral del estado que favorecen al eventual candidato de Morena.
El PAN no tiene un precandidato fuerte. Necesita un nuevo rostro, distinto de los ya consabidos aspirantes. Paco Rojas, quien encabeza las simpatías, ya no pertenece a ese partido, pues renunció en el 2019.
El PRI sigue en crisis. Sus nuevas figuras políticas no son atractivas para el electorado; más de la mitad prefiere una persona distinta a Willy Ochoa, Rubén Zuarth o Rita Balboa.
Es en este contexto donde surge la figura de Zoé Robledo Aburto como el aspirante con mayores posibilidades para obtener la candidatura de Morena para gobernador de Chiapas en el 2024, y que tiene el potencial suficiente para articular un proyecto político exitoso en las urnas, respaldado por el capital político-electoral generado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Nos leemos en la próxima
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