Del sismo de 1985 a la línea dorada…

Hoy la línea 12, la dorada, es el epicentro político de la vida nacional; al igual que sucedió en 1985, el enorme valle de la Ciudad de México vuelve a marcar el rumbo. El terremoto del 85, una acción no previsible, terminó siendo para la política de “austeridad y renovación moral” DE Miguel de La madrid , el Waterloo de su sexenio.

En el pasado y en el presente el hilo conductor es uno: la incapacidad gubernamental; en el 85 la lentitud con la que se dio respuesta a la población damnificada y ahora para en la negligencia para dar mantenimiento correctivo a un problema estructural que se sabía desde el 2012.


Las consecuencias del sismo del 19 de septiembre del 85 se reflejaron en las elecciones de 1988, cuando el partidazo de estado y su gobierno tuvieron que tirar el recién estrenado sistema de cómputo, mismo que les permitiría tener mayor control sobre el proceso que entonces encabezaba Manuel Bartlett; (Hoy titular de la CFE).

La caída del sistema fue la salida que dio el régimen a la embestida ciudadana de voto de castigo contra el entonces PRI-Gobierno.
Los primeros resultados que llegaron a la Secretaría de Gobernación, que en aquel tiempo era quien organizaba las elecciones, fueron los del Distrito Federal y del Estado de México; entidades en las que el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas encabezaba por amplio margen las preferencias, ante ello se optó por la “caída del sistema” logrando así el triunfo de Carlos Salinas de Gortari.


Por obra de lo que podría ser una causalidad histórica, la actual coyuntura guarda algunos elementos simétricos:
El manejo demagógico del término austeridad como eje económico, así como el uso del concepto abstracto de la moralidad como elemento de control ante la corrupción desenfrenada; dejando de lado la aplicación de la ley.


En los ochenta veníamos de la cruda de la abundancia petrolera y resentíamos el crecimiento de la deuda externa, que incrementó bajo el argumento de que la exportación de crudo y la ampliación de la infraestructura petrolera daría a México el anhelado crecimiento económico.


Ahora la quimera del petróleo sigue presente en la creación de Dos Bocas y a este proyecto se le apuesta la soberanía energética y crecimiento del país; sin embargo, hay un problema visible para todos, menos para el gobierno en turno: Ya no hay cabida para una tecnología basada en los residuos fósiles debido a los estragos que ha provocado el calentamiento global.


La caída de la línea 12 no es poca cosa para un gobierno en turno, que se ha mostrado lento en dar respuesta a las constantes crisis tanto de salud, como económica y ahora la del transporte.

No han sido capaces de articular una respuesta técnica, en donde se incorporen las variantes de los diferentes incidentes que llevaron al accidente, detalles como vicios de construcción, el uso de rieles y vagones no adecuados para un tren que se sostiene por una estructura elevada, dieron como resultado, que las fallas que presentó la línea desde el principio, provocaran la tragedia de hoy.


Hasta el momento lo único que se ha escuchado son llamados a no politizar el evento que costo 26 vidas, culpar de carroñeros a los que señalan los errores y responsabilidad de las administraciones que han tenido bajo su mando la línea dorada; Ebrard, Sheinbaum y Mancera, los dos primeros, serios aspirantes a la suceder en el trono a AMLO. Pero hasta el momento nada que tenga que ver con lo que precedió a la tragedia y era de dominio publico.


Hace unas horas la jefa de gobierno salió a declarar que lo ocurrido ha sido un incidente y no un accidente. Con seguridad le hace falta quien le asesores sobre la definición de ambos términos, a menos que las pérdidas humanas y materiales no las haya visto y siga minimizando la tragedia.


¿Cuáles son los costos políticos de esta situación? Lo sabremos en próximos días, el 6 de junio para ser precisos; pero según el actuar y los gritos a no usar el evento con fines políticos, los resultados para la actual administración no se espera sean buenos, porque al igual que en el 85 han sido rebasados ante su falta de respuesta.


La historia no se repite, pero hay casos en la que es muy parecida, como esta similitud del 85 y el 2021. Con estos elementos podemos sacar conclusiones.