Investigan agresión a Trump como intento de homicidio

Un hombre realizó “varios disparos” hacia el escenario durante el mitin del expresidente Donald Trump en Butler, Pensilvania, el sábado por la noche, matando a un asistente al evento e hiriendo de gravedad a otros dos, según el Servicio Secreto.

Trump fue retirado a toda prisa del escenario, con sangre visible alrededor de la oreja derecha. Fue trasladado a un hospital, y el Servicio Secreto dijo que estaba “a salvo”. El Servicio Secreto también dijo que su personal había abatido al tirador.

“Esta noche tuvimos lo que estamos llamando un intento de asesinato contra nuestro expresidente, Donald Trump”, dijo Kevin Rojek, agente especial de la Oficina Federal de Investigación (FBI por su sigla en inglés), durante una conferencia de prensa en el Departamento de Policía de Butler Township.

Esto es lo que sabemos del tiroteo.

Trump se agachó rápidamente después de que comenzaron los disparos y cuando la gente de la multitud empezó a gritar. Luego, agentes del Servicio Secreto apresuraron a Trump para bajarlo del escenario. Mientras era escoltado a su caravana, Trump, cuyo rostro y oreja derecha estaban ensangrentados, alzó un puño en un gesto desafiante a la multitud.

El Servicio Secreto dijo que el tirador había disparado “desde una posición elevada fuera del lugar del mitin”. Un análisis de The New York Times sugería que el pistolero había efectuado ocho disparos.

Las fuerzas del orden recuperaron un fusil semiautomático tipo AR-15 de un varón blanco fallecido que creen que era el autor de los disparos, según dos funcionarios de las fuerzas del orden.

En un comunicado, el FBI identificó al hombre como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, de Bethel Park, Pensilvania. Las autoridades dijeron que todavía estaban tratando de averiguar su motivo.

El Servicio Secreto no ha dicho cómo abatió al tirador. Se desconocía si había tenido cómplices.

Michael Slupe, sheriff del condado de Butler, dijo que el espectador que murió era un hombre adulto que probablemente asistía al mitin con su familia. Slupe dijo que el hombre estaba en las gradas cuando le dispararon y que creía que había muerto en el lugar de los hechos.

Las dos personas que resultaron heridas de gravedad fueron trasladadas en helicóptero al Hospital General Allegheny de Pittsburgh, según Dan Laurent, portavoz del hospital. Las autoridades no brindaron en ese momento más información sobre las heridas de los espectadores.

El representante Ronny Jackson, congresista republicano por Texas y quien fue médico de Trump en la Casa Blanca, dijo en las redes sociales que su sobrino había resultado herido en el mitin.

El joven fue tratado en la carpa médica del mitin y dado de alta, escribió Jackson en X, diciendo que “su lesión no era grave y está bien”.

El tiroteo se produjo cuando Trump llevaba a cabo un gran mitin al aire libre en los terrenos del Butler Farm Show en Butler, una ciudad de 13.000 habitantes a unos 55 kilómetros al norte de Pittsburgh. Trump había estado mostrando a sus partidarios un gráfico sobre el número de cruces fronterizos a pocos minutos de iniciado su discurso cuando sonaron los disparos. Los asistentes gritaron: “¡Al suelo, al suelo!”, y “¡Disparos!”. El Servicio Secreto desalojó rápidamente la zona de prensa, evacuó a la multitud y declaró la zona escena de crimen. Hubo confusión mientras la multitud se dispersaba. Algunos partidarios de Trump se tomaron de las manos y rezaron y luego corearon: “¡USA!”.

Líderes mundiales y cargos electos de todo Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas, condenaron enérgicamente el tiroteo como una afrenta a la democracia.

El presidente Joe Biden, en una declaración televisada a nivel nacional, agradeció que Trump hubiera sido retirado rápidamente del lugar y dijo: “No hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia”. Más tarde habló con Trump, según la Casa Blanca. La campaña de Biden dijo que retiraría sus anuncios de televisión, como una señal de que estaba haciendo a un lado la política tras el tiroteo.

El expresidente Barack Obama instó a los estadounidenses a “aprovechar este momento para volver a comprometernos con el civismo y el respeto en nuestra política”. Los republicanos también condenaron la violencia, y el senador Mitch McConnell, de Kentucky, declaró: “Esta noche, todos los estadounidenses están agradecidos de que el presidente Trump parece estar bien después de un ataque despreciable en un mitin pacífico”.

El domingo por la mañana no estaba claro cómo un presunto asesino había logrado abrir fuego cerca de un candidato presidencial, lo que planteó dudas sobre los preparativos de seguridad y posibles fallos.

El Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes dijo que investigaría el atentado y que el representante James Comer, republicano por Kentucky y presidente del comité, había pedido a Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, que testificara en una audiencia el 22 de julio.