En cualquier lugar del mundo sucede lo mismo, dicen algunos hombres: -Ellas nos ven con desconfianza. Algún patán las hizo sufrir en el pasado reciente pidiéndoles esa famosa “prueba de amor”, dejándolas después de haberlas usado y andan prevenidas con todos. Creen que también somos culpables y nos miran con harta desconfianza, mientras piensan para sus adentros: “Están cortaditos con la misma tijera”-
Lo más probable es que usted también tenga en su historial un par de guerras perdidas y sus respectivas heridas, estimado lector. Hay leyendas urbanas que cuentan historias de hombres muy machos, los más varones entre los varones, los más perros entre los perros, que casi no sobreviven a una decepción.
Por eso, el primer paso para encaminarse en una nueva relación es asegurarse de estar curado. De lo contrario, corre el riesgo de que los fantasmas del pasado lo inhiban para ser todo un ‘don Juan’. Los recuerdos pueden ser aterradores. Llegan incluso a bloquear la mente y a amargarse en medio de una nueva cita.
Es difícil, lo sé. Las ex novias suelen dejar marcas que obligan a muchos hombres a recordarlas día a día. A pesar de que intentas deshacerte de todo lo que te hace recordarlas, te persiguen con una carta vieja en la mesa de noche, un arete ‘olvidado’ en el carro o una canción que nunca pasa de moda. No es coincidencia. Es una artimaña calculada para hacer más difícil la transición, el cambio a una nueva vida.
No se debe de sorprender; son todas hijas de Eva y llevan en la sangre un instinto natural por hacerle al hombre la vida difícil. He escuchado el rumor de que Adán fue el primero en usar la frase: “Dios mío, por favor, dame paciencia”, luego de que ella se puso de libertina y ‘culito pronto’ a comer manzanas, lo que motivó el destierro del paraíso nudista.
Tampoco hay que condenar a Eva, porque al fin y al cabo fue sacada de la costilla de Adán (lo que demuestra que ellas sí están “cortadas con la misma tijera”; salieron toditas de la misma horma; lo dicen las sagradas escrituras), y no este irreverente que solo reflexiona sobre este pasaje común en la vida de todos los humanos. Aunque lo de la manzana, Adán y Eva, es un cuento con mucha ficción… no sé para qué.
Es importante que las niñas sepan que, los hombres no andan con un anillo de compromiso en el bolsillo. Ya en estos tiempos solo los aburridos quieren casarse porque el resto desea una vida libre, ligera y sin compromiso, tanto hombres como mujeres.
Así que no le de tantas vueltas a la autopista de la vida y sacúdase de una vez todos los recuerdos, que son como fantasmas que no te dejan continuar y cuando esté listo, empiece de nuevo que en el amor se vale equivocarse 100 veces y luego repetirlas. Total, sin amor no se puede vivir.
Soy Carlos Morán, estoy de regreso y te deseo ¡Feliz jueves!