Cd. de México (08 mayo 2022).- Los mexicanos en Estados Unidos tienen al fin un musical que cuenta su historia.Si en In the Heights, de Lin-Manuel Miranda, la historia se sitúa en un barrio dominicano de Nueva York y antes, West Side Story se ocupó de los portorriqueños, el compositor Alfonso Molina pensó que era hora de escribir un musical para los mexicanos en Estados Unidos.
“¿Cómo no puede existir un musical que cuente nuestra historia en Estados Unidos?”, dice en entrevista el sonorense al citar datos del Migration Policy Institute que contabiliza casi 11 millones de mexicanos en Estados Unidos.
“Es un musical sobre la esencia de nuestras familias y de nuestro legado como mexicanos, lo cual me parece bellísimo porque nos hace falta esa conexión. Siempre hablamos de los méxico-americanos y los mexicanos pero carecemos de esa conexión”.Alfonso MolinaCompositorLos mexicanos representan el 24 por ciento de los residentes nacidos en el extranjero y siguen siendo el mayor grupo de migrantes en el país vecino.
La realidad de los Dreamers y la lucha de los migrantes, resaltar su imagen como gente trabajadora, es crucial en el musical.
Monarca cuenta la historia de Luis y su hija Ana, una beneficiaria del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).
Apreciado entre los paisanos, Luis montó su propio taller y durante 20 años pudo llevarlo sin problemas hasta que el oficial Castelo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) descubre que es indocumentado y está decidido a atraparlo a cualquier precio.
Acorralado y para evitar su deportación, Luis se refugia en uno de los santuarios para inmigrantes, la iglesia local, donde recuerda el santuario de la mariposa monarca en México, en el que trabajó en su juventud y conoció a su esposa. Ana se cuestiona a dónde pertenece.
El musical toma la alegoría de la mariposa monarca para mostrar la vida de los migrantes. Viaja desde Canadá y Estados Unidos hasta México y de regreso. Las mariposas que vienen a México jamás han estado aquí, son las mariposas migratorias.
Molina (Sonora, 1980) explica que muchos migrantes de primera generación no regresan a México y ni siquiera sus hijos, es hasta la tercera generación la que se interesa por volver.
“Es un musical sobre la esencia de nuestras familias y de nuestro legado como mexicanos, lo cual me parece bellísimo porque nos hace falta esa conexión. Siempre hablamos de los méxico-americanos y los mexicanos, pero carecemos de esa conexión”, agrega.
Prepara una temporada de 12 funciones en octubre en Los Ángeles, después de su estreno en el Hudson Theater, también en Los Ángeles, en marzo pasado, con una cálida recepción por parte del público.
Aunque parte de ritmos como el huapango y el danzón, se fusiona en un estilo del musical clásico de Broadway. Mezcla el español e inglés.
Además de escribir la música, el compositor colaboró en el libreto y las canciones con su hermana Mayu Molina Lehmann, novelista y dramaturga, que vertió su experiencia al crecer cerca de la frontera con Estados Unidos y con los migrantes en ese país.
“Escribir un personaje tiene que ser real, tiene que existir, no puede ser la caricatura de algo. Lo tengo que conocer, fuimos a Los Ángeles y vimos a miles de Anas en la calle”, dice Molina, quien subraya la aportación de los migrantes con su fuerza de trabajo.
Los creadores del musical incluyeron una canción donde los migrantes salen del santuario y protestan para exigir sus derechos: Our dream is to be American.
Afuera le aplauden, aquí puerta cerrada
La idea del musical es anterior a su ópera Inmigrante ilegal (2014), la cual surgió cuando el compositor Alfonso Molina aún estudiaba en Nueva York y conversó con su hermana acerca de que no había ningún musical méxico-americano.
En esa ópera, que Molina lleva años intentando estrenar en la Ciudad de México y en la cual abordó la migración, el patriotismo y la xenofobia, tuvo su premiere en Arizona, uno de los estados con presencia de los Minutemen, cazadores de migrantes en la frontera.
Inmigrante ilegal es una ópera de cámara con ocho personajes, en principio, sin coro. Pensó que así, por ser más barata, tendría mayores posibilidades de ser estrenada en México, tocó sin éxito las puertas del Palacio de Bellas Artes y el Festival Internacional Cervantino.
“Tenemos que estrenar fuera, todos (los compositores), lamentablemente. Es una realidad. No es para ponerte a llorar, lo único es que no podemos presentar nuestro trabajo a quien queremos presentarlo, porque oportunidades hay, pero fuera”, dice Molina desde Querétaro, donde enseña en el Tec de Monterrey en la nueva carrera de tecnología musical.
El compositor escribió la ópera Cartuchos de fuego (2020) sobre el drama de las madres buscadoras en Sonora, también pendiente de estrenar, donde una madre y sus dos hijas salen a buscar al padre y un hijo desaparecidos, quienes se dedicaban a rastrear y recoger casquillos.
“Es una realidad muy triste en nuestra Sonora”, responde el compositor.
“Hay una contraparte en Arizona de buscadores que hacen alianzas”.
La estela invisible de Halley (2021) es su ópera más reciente, donde cita las polémicas generadas por el paso del cometa por México, desde tiempos de Moctezuma, el padre Kino y Sor Juana.