Un pastor evangélico de la comunidad Mitzitón, se mantiene pertrechado con un fusil AK-47 y varios cargadores, desde el martes por la mañana, cuando un grupo de caciques católicos intentó detenerlo y agredir a sus familiares que en los últimos días han sufrido agresiones como la destrucción y quema de casas de sus parientes como consecuencia de la intolerancia religiosa.
El 17 de junio, el pastor evangélico de la iglesia Alas de Águila, Alejandro Jiménez Jiménez, que se encuentra desplazado por la presión que ejercen los caciques tzotziles, llegó a la comunidad Mitzitón, porque su madre se encontraba en mal estado de salud.
Pero cuando los católicos se enteraron de su presencia, argumentaron que había llegado para construir un templo en la comunidad, donde tienen prohibido realizar este tipo de obras, aunque en el lugar entraron en vigor al menos dos iglesias protestantes, pero tuvieron que ser cerradas por la presión que ejercen los caciques.
Antes de la destrucción y quema de las cinco casas, la iglesia Alas de Águila pidió la protección de organismos de derechos humanos para el pastor Alejandro Jiménez Jiménez, porque había recibido amenazas de muerte de los caciques, pero aun así decidió acudir el 17 de junio a visitar a su madre en la comunidad y esto provocó la furia de los caciques.
El martes, Jiménez Jiménez llegó a visitar a su madre a la comunidad, pero cuando los católicos supieron que había llegado, entonces trataron de capturarlo, pero les advirtió que no lo hicieron porque estaba armado.
En respuesta, los caciques procedieron a derribar árboles de pino sobre la carretera, para pedir la intervención de los operadores de gobierno para conseguir un arreglo.
Cuando se conoció del conflicto, el pastor envió a los medios de comunicación una fotografía donde se muestra con un fusil AK-47 y varios cargadores, en espera de que los caciques católicos intenten acercarse al lugar donde se encuentra.
“Solo muerto me sacaran del lugar”, ha declarado el líder evangélico que desde hace varios años permanece desarraigado de su comunidad.
El líder de la iglesia Alas de Águila, Esdras Alonso González, informó que desde 1982 a junio de este año, los caciques han destruido y quemado 180 casas de los evangélicos y como consecuencia 180 familias (casi un millar de personas) permanece desarraigadas de sus hogares, viviendo en comunidades vecinas y en San Cristóbal de las Casas.
Hasta esta madrugada seguía cerrado el paso de vehículos en Mitzitón, mientras el gobierno del estado, abrió una mesa de diálogo que permita alcanzar un acuerdo entre los evangélicos y los católicos.
En 1996 en el municipio de San Juan Chamula surgió el grupo de autodefensa “Guardia de mi hermano”, integrado por hombres evangélicos que estaban cansados de las constantes expulsiones de los caciques católicos.A partir del surgimiento de “Guardian de mi hermano” los caciques desistieron en continuar con las expulsiones de los tzotizles que habían abrazado el protestantismo.
“Guardia de mi hermano” contaba con fusiles AK-47, R-15, escopetas, rifles y pistolas para enfrentar los católicos que entre 1970 a 1990 expulsaron de San Juan Chamula a unos 35 mil tzotziles que abrazaron el protestantismo.