Un joven describió este miércoles por primera vez ante un tribunal del Vaticano los abusos sexuales padecidos cuando era menor de edad, en un preseminario dentro del Vaticano y denunció el silencio impuesto por la jerarquía.
Se trata de la primera vez que una víctima expone ante los jueces del Vaticano los abusos sexuales sufridos cuando era apenas un niño por parte de otro compañero,
entonces seminarista y ahora sacerdote.
El joven, actualmente de 27 años, que se constituyó como parte civil en el juicio, ilustró durante más de tres horas los episodios vividos, los cuales ocurrían “hasta dos y tres veces por semana”.
Identificado con las iniciales L.G, el joven, que tenía 13 años cuando comenzaron los hechos, que se prolongaron durante seis años, asistía al preseminario San Pío X, ubicado dentro del Vaticano.
L.G. acusó a Gabriele Martinelli, un año mayor que él, quien se ordenó sacerdote en 2017, de repetidas agresiones sexuales.
“Martinelli se metía en mi cama por la noche”, contó ante los jueces del tribunal.
“Para mí era algo muy extraño. Era pequeño y nunca había tenido experiencias con el mundo sexual. Ni en mi casa ni en mi pueblo me habían hablado de sexo. Sentí cierta confusión, pero no sabía muy bien lo que estaba pasando”, reconoció.
Según la víctima, los otros dos jóvenes con los que compartía la habitación, “dormían o fingían dormir”, mientras Martinelli le exigía sexo oral y anal.
La víctima admitió que no había sido muy “claro” en sus confesiones a Radice y que no había denunciado explícitamente los abusos.
Los abogados defensores presentaron por su parte varios intercambios escritos entre los dos jóvenes luego de salir del preseminario, entre ellos felicitaciones de cumpleaños en Facebook y un largo mensaje de la víctima a su abusador en el que se dice celoso de su amistad con otro monaguillo.
El obispo de Como, Oscar Cantoni, de quien depende actualmente Martinelli, confirmó durante la audiencia pasada que entre septiembre de 2006 y junio de 2012 recibieron informes sobre el sacerdote y sobre su “conducta sexualmente inapropiada”, pero reconoció que en los años en cuestión “no era clérigo, y que no existe una norma para esos casos”.
Martinelli debería indemnizar con unos 20 mil euros (24 mil 500 dólares) a su víctima, según solicitado oficialmente.
El sacerdote, que actualmente trabaja en un centro para ancianos en el norte de Italia, fue ya interrogado por el tribunal, ante el cual aseguró que se trata de acusaciones “sin fundamento”.
El Papa Francisco se comprometió a luchar contra el abuso sexual dentro de la Iglesia católica y en 2019 puso fin al secreto pontificio por lo que los abogados de las víctimas tienen acceso a todo el sumario del caso, lo que no ocurría en el pasado.
La justicia vaticana decidió en octubre abrir un juicio contra el cura tras la publicación del libro “Pecado original” del periodista italiano Gianluigi Nuzzi en el que denuncia los abusos cometidos en ese preseminario entre 2011-2012.